El capitán alemán Kevin Karschau se dirige a portería ante la defensa del capitán italiano Davide Motaran.
Carlos Delgado/Wikimedia Commons
17 de julio de 2014
17 de julio de 2014
La clasificación del campeonato de Europa de hockey sobre patines se ha dividido en dos: Italia, Portugal y España han vuelto a ganar y cuentan con seis puntos en sus casilleros, mientras que Alemania, Suiza y Francia aún mantienen sus puntuaciones a cero.
El Alemania-Italia con el que se abría la jornada del miércoles fue un partido vibrante con numerosas alternativas a lo largo del tiempo de juego. Fue Alemania quien goleó primero gracias al tanto de Lukas Karschau a los cuatro minutos del comienzo, aunque el control del juego durante la primera mitad fue cosa de los italianos, que de todas formas no conseguían romper la defensa germana. En la segunda parte, la intensidad del partido fue creciendo según pasaban los segundos y el control pasó a ser de la selección alemana, que consiguió su segundo gol con un disparo de Kevin Karschau pasado el miunto 10. Los italianos vieron cómo se complicaba su situación y salieron desesperados al ataque hasta que Mattia Cocco redujo distancias en el marcador. Los propios italianos recogieron la pelota de la portería tras su gol para intentar el empate, que finalmente llegó en el minuto 16:27 por Davide Motaran. Cuando el partido parecía resuelto y el empate un justo marcador, una polémica decimoquinta falta alemana a tan sólo ocho segundos del final permitió a Italia marcar el penalti indirecto y ganar el partido por 2-3 cuando ya sólo restaban cinco segundos. Los alemanes realizaron un último tiro lejano sin éxito en un momento de gran tensión en la pista y en los banquillos y vieron incrédulos cómo se les escapaban los puntos en un partido en el que merecieron más y se despidieron agradeciendo al público alemán presente su notable apoyo durante los cuarenta minutos.
El portugués Diogo Rafael dispara a portería.
Carlos Delgado/Wikimedia Commons
En el segundo encuentro hubo muy poca historia, ya que Portugal goleó a Suiza por 5-0 sin muchas complicaciones. Desde el primer momento los portugueses dominaron el partido, con los suizos protegiendo su portería la mayor parte del tiempo y permitiéndose tan sólo contraataques rápidos y tiros habitualmente lejanos a la portería lusa. Sus rápidas pérdidas de pelota propiciaban nuevos y elaborados ataques de los portugueses. Suiza se vio sobrepasada por el asedio del contrario, muy superior durante todo el encuentro.
El España-Francia comenzó con un minuto de respetuoso silencio en honor a la madre del jugador de la selección española Jordi Bargalló, quien falleció el martes. Por ese motivo, Bargalló no se encontraba además en el pabellón y España afrontó el partido con nueve jugadores en total. Además, Bargalló es duda para el resto del torneo. Ya en el partido, Francia demostró por qué puso en apuros a Portugal el día anterior con un juego físicamente muy potente y obligando al portero español a rendir a fondo. Fue el capitán galo, Cirilo García, quien estrenó el marcador casi en el minuto 12. España no perdió la concentración y fue de menos a más en su juego.
El capitán español Pedro Gil saluda al público al final del partido.
Carlos Delgado/Wikimedia Commons
Dos minutos después del gol francés empataron el partido y a partir de ahí ganaron en confianza. El partido fue relativamente equilibrado hasta los últimos minutos, en los cuales España se sentía extraordinariamente cómoda sobre la pista y elaboró grandes jugadas, tanto colectivas como individuales, que desarbolaron a Francia y dejaron un engañoso marcador de 7-2 para los locales. De entre todos los tantos, fue especialmente bello el conseguido por Jordi Adroher, que puso en pie a los asistentes, mucho más numerosos y ruidosos que el día anterior e incluso que en la inauguración. La victoria y los goles fueron dedicados a Bargalló y a su madre, con Marc Gual llevando puesta la camiseta de su compañero ausente mientras se despedían del público. Por su parte, Francia sigue sin puntuar a pesar de su buen juego desplegado, debido con gran seguridad a que sus dos primeros contrincantes son los más complicados del campeonato.
