Reseña del concierto de Lars Danielsson New Quintet (Fesitval Jazz San Javier, 2016)
2 de julio de 2016
2 de julio de 2016
Mágica apertura del festival de Jazz San Javier con el contrabajo de Lars Danielsson a solo, evocando raíces nórdicas, envuelto levemente por un acompañamiento de cuerdas creado con una pedalera. En este recorrido por sus dos "liberetto", ya desde el inicio de la actuación consigue adentrarnos en rincones y paisajes sonoros de atmósferas y sonoridades claras y envolventes.
Con influencias de la música tradicional sueca, del jazz moderno y de la música clásica contemporánea, en este recorrido se aprecia un estilo propio a la hora de desarrollar los temas, consiguiendo que la belleza y el sosiego sean los grandes protagonistas de esta propuesta musical. Se aprecia la sonoridad propia de otras formaciones de países escandinavos, que ya hemos tenido la ocasión de escuchar en este festival y en otros escenarios de la Región, como Tingvall Trio o Esbjorn Svensson Trio.
La conexión entre los músicos y el público se pone de manifiesto ya desde el inicio del concierto, suscitada por la música de Lars Danielsson New Quintet, que llega al público fácilmente a través de la serenidad que imprime el ritmo marcado por la propia música, y a través de los temas y los solos que, integrados en el dersarrollo de los temas, destacan por su aparente sencillez, que con pocas notas, elegidas, seleccionadas, pausadas y evocadoras, consiguen transportar al oyente hasta otro lugar.
También la fluidez de la comunicación entre ellos se hace evidente durante la actuación. Se puede apreciar como en la mayoría de los temas el ritmo de los solos es relajado y tranquilo. No se muestra el virtuosismo de los músicos a través de la velocidad o la cantidad de notas que tocan, más bien lo contrario, siendo el reposo y la tranquilidad con el que los músicos eligen cada nota, crean cada línea melódica o realizan el despliegue armónico, lo que pone de manifiesto su magistralidad y lo que transmite la elegancia y el clima de reposo y sosiego que saben hacer llegar al público, manteniendo el interés durante toda la actuación y creando melodías y atmósferas envolventes con cada una de las frases que interpretan.
En algunos momentos durante el concierto, se pasa de este reposo a lugares de tensión y ritmo trepidante, yendo del reposo a la explosión a través de una línea ascendente progresivamente trazada.
Lars Danielsson nos impresiona con su sosegada y penetrante interpretación al contrabajo y al chelo, que en ocasiones utiliza a modo casi de guitarra, arpegiando y pulsando sus cuerdas; Magnus Öström, con su magnífica interpretación a la batería, ligero, fluido, magistral; Grégori Privat, al piano, eminentemente rítmico; John Parricelli, clásico, con fraseos claros y penetrantes; y Sebastian Studnitzky, a la trompeta, nos emociona con su sonido rasgado, en ocasiones como que roza y eligiendo sus notas con gusto y cuidado.
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