La investigación por el asesinato de Nicolás II y de su familia en 1918 puede ser reabierta

20 de enero de 2010

En febrero de 2009, se anunció oficialmente que la información sobre el ADN que en 2008 había puesto en evidencia que los restos encontrados en dos fosas localizadas cerca de la ciudad rusa de Ekaterinburgo eran los de los Romanov, la familia imperial rusa. Esta misma investigación confirmaba que el Zar Nicolás II, la Zarina y sus hijos fueron asesinados en 1918 en la Casa Ipatiev. Las pruebas de ADN fueron realizadas por varias entidades como la Escuela de Medicina de la University of Massachusetts, la Academia Rusa de Ciencias (VIGG) y la Academia de Ciencias Médicas (MHRC) sobre los restos encontrados en dos fosas diferentes.

Los estudios de ADN mitocondrial transmitidos por línea materna de los restos de la Emperatriz Alejandra indicaron que los otros restos hallados eran, muy probablemente, los de los hijos del Zar Nicolás II. En aquel momento el asunto parecía definitivamente archivado y los restos fueron enterrados en 1998 con honores de Jefe de Estado en la cripta imperial de la Catedral de San Pedro y San Pablo de San Petersburgo.

Este pasado fin de semana la situación sufrió un revés dramático cuando Alexander Zakatov, el representante de la Gran Duquesa María Vladímirovna Románova y Jefe de la Cancillería de la Casa Imperial Rusa, se hizo eco de sus palabras al indicar que "debería de haber un veredicto legal claro sobre estos eventos" y pedía que la investigación fuese reabierta. Zakatov indicó que los abogados de la Gran Duquesa habían pedido al Tribunal moscovita de Basmanny que exigiese a la fiscalía la reapertura del caso.

El New York Times, haciéndose eco de la Agencia Reuters Moscú, indicaba el pasado día 15 que Zakatov también afirmó que "los rusos necesitan saber que pasó con la familia zarista y todas las otras víctimas de régimen comunista" y que "debería de haber un veredicto legal claro sobre este tema.".