Wikinoticias entrevista a Luisa Peirano, comunicadora y autora
13 de noviembre de 2024
13 de noviembre de 2024
Wikinoticias entrevista a Luisa Peirano, comunicadora, autora y traductora uruguaya. Directora de Relaciones Internacionales en la Universidad de Montevideo. Comparte con nosotros sobre la publicación de su libro Abuelix. La vida de Alba Basso Stajano.
Wikinoticias ¿Cómo fue tu incursión por distintos temas y géneros literarios?
Luisa Peirano Mi padre era un gran lector y en casa había muchos libros. De niña devoraba las novelas de aventuras, de héroes, y de vidas de santos, y esas historias me introducían en un mundo de ideales que me inspiraban. Estudié Letras en la Universidad Católica Argentina (UCA); era una carrera de corte generalista que incluía arte, historia, literatura, filosofía, comunicación, latín, griego, cine y teología. En 2001 terminé el doctorado en la Universidad de Navarra. La tesis fue mi primera incursión en el ensayo. Guiada por Pedro Luis Barcia, investigué la primera época de los Cuadernos de Marcha, que hasta entonces no habían sido estudiados sistemáticamente. Ese mismo año, Rogelio García Lupo, que era amigo de Carlos Quijano, la publicó en Buenos Aires con el nombre Marcha de Montevideo. En la Universidad de Montevideo (UM), tuve la suerte de interactuar con Alberto Methol Ferré, Ramiro Podetti, Fernando Aguerre y con otros intelectuales referentes. Con Susana Poulastrou, que había sido profesora mía en el Instituto Juan XXIII, organizamos un coloquio sobre Susana Soca en el 2001 y poco después uno sobre Alberto Zum Felde. Me interesaba conocer el proceso intelectual de personas que se habían convertido al catolicismo en su madurez, como el caso de Esther de Cáceres, que era prima de mi abuela paterna. Recuerdo de niña que ella iba a casa a hablar con mi padre e intercambiar libros. Era doctora e hizo un proceso desde el anarquismo hacia la fe católica, como otros intelectuales uruguayos en la década del 50 y me interesaba conocer el porqué de ese proceso intelectual. También Ramón Diaz, amigo de mi padre, transitó ese proceso. Más tarde traduje algunos libros, impulsé la publicación de otros y finalmente vino Abuelix.
Wikinoticias ¿Cuál es la motivación para escribir la historia de Alba Basso Stajano?
Luisa Peirano Después de la muerte de mi madre, el día de Navidad de 2009, sus nietas me preguntaban cuándo saldría un libro sobre su abuela, a quien en la familia llamaban Abuélix. Pensaban que había sido una mujer especial y querían saber más de ella. Me encantó la idea, y acepté el desafío de escribir este libro para transmitir a las nuevas generaciones anécdotas y vivencias de primera mano. Mi madre tuvo una vida feliz y en un determinado momento de su vida, todo se le dio vuelta, pero supo sobrellevar el sufrimiento con fortaleza y sentido positivo. Ella guardaba documentos de sus antepasados, cartas, diarios de viajes y fotos de familia, y no fue difícil reconstruir su historia familiar. Entrevisté a su única hermana Blanca Stajano (Paca), a primas, sobrinos y muchas otras personas que la conocieron. Josefina Raffo que trabajaba en la Academia Argentina de Letras, vino desde Buenos Aires, ordenó y clasificó los papeles en más de veinte cajas de cartón gris del tamaño de un bibliorato. Fernando Díaz Gallinal me ayudó a bucear en los cientos de documentos, articulando anécdotas y algunos escritos que habíamos esbozado a lo largo de los años. También utilicé como fuente una entrevista que le hizo Susana Gallinal a mi madre en 2008, publicada en su libro: Río de lágrimas, así como los libros: Es la vida, de mi hermano Jorge, y Una familia de inmigrantes, escrito por mi padre Jorge Peirano Facio. De todo ese material salió este primer libro, que no es tanto una biografía sino una primera aproximación a la vida de mi madre, contada en un lenguaje sencillo, como el que utiliza una familia en los ratos de sobremesa.
Wikinoticias ¿Fue un reto escribir sobre momentos de sufrimiento personal y familiar?
Luisa Peirano Después del 2002, cuando fueron detenidos mis cuatro hermanos y mi padre, y quedamos solas las mujeres de la familia, mi madre me dio un gran ejemplo de fortaleza y de fe, muy agarrada al rezo del rosario, animándonos con esperanza y siempre con una sonrisa. Nunca la escuché decir una palabra de rencor hacia nadie. Su profesora de gimnasia me dijo un día: “Cuando estoy con tu madre, me hace sentir grande”. Escribir sobre mi madre fue una manera de encontrarme conmigo misma. Mi madre, como tantas otras mujeres de su tiempo, fue un pilar de su familia y dejó una huella que perdura en las nuevas generaciones. Este libro quiere honrarla a ella y a tantas mujeres que con sus vidas hicieron felices a los demás y sembraron la paz.
Wikinoticias ¿Es el libro Abuelix una forma de rendir homenaje?
Luisa Peirano En octubre de 2009, entrevisté a Jorge Fernández Díaz, un periodista de La Nación de Buenos Aires. Me contó que había grabado 500 horas a su madre, una mujer de origen vasco que había venido a la Argentina, y que había publicado un libro titulado: Mamá, destinado únicamente a su propia familia, pero que después tuvo un éxito inesperado en España. Y a mi me pasó algo parecido. Además de mi familia, me he encontrado con muchas personas que me han comentado que el libro les dejó algo profundo y eso me da mucha alegría. Recuerdo que hace años un profesor dijo que los grandes proyectos se apoyan en los mejores recuerdos y yo quise hacer algo de eso: cimentar el futuro con buenos recuerdos. En la encíclica Fratelli Tutti, el Papa Francisco habla de recuperar la conciencia histórica de los pueblos, de volver a sus raíces, porque de lo contrario, los pueblos se quedan indefensos y quedan a merced de los poderosos de turno. Dice la encíclica que las ideologías quieren que desaparezca el pasado, haciendo creer a los jóvenes que la vida empieza hoy; que lo que importa es lo inmediato, lo de ahora. Cito a Francisco: “Las ideologías de distintos colores necesitan jóvenes que desprecien la historia, que rechacen la riqueza espiritual y humana que se fue transmitiendo a lo largo de las generaciones, que ignoren todo lo que los ha precedido (n. 13).” Entonces, entiendo que, así como las naciones perduran si tienen una historia y un legado común, a las familias les sucede algo parecido. Como me dijo Jorge Fernández Diaz: es necesario recuperar la historia de los antepasados para reencontrarse con uno mismo. Por eso, siempre animo a amigos y conocidos a no tirar cartas, fotos y diarios de los antepasados. Los recuerdos hacen mucho bien a las nuevas generaciones, aunque a veces sean dolorosos, porque ayudan a sanar.
Wikinoticias ¿Cuéntanos un poco acerca de tu cargo de Dirección de la Universidad de Montevideo?
Luisa Peirano Siempre me gusto la vida universitaria. De niña veía a mi padre ir y venir de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República donde era catedrático de derecho civil. Lo veía estudiar en el lobby de mi casa, un cuarto grande donde tenía una gran biblioteca. Era un lugar casi sagrado donde estudiaba, escribía sus libros, recibía visitas y a nosotros, sus hijos nos encantaban entrar. En 1996 empecé a trabajar en el Instituto de Estudios Empresariales de Montevideo (IEEM), un proyecto que, diez años antes, había impulsado mi hermano Jorge con un grupo de profesores amigos de las áreas del derecho y la empresa. En 1997, el IEEM fue autorizado a funcionar como Universidad de Montevideo (UM) y el nombre del IEEM quedó para la Escuela de Negocios de la Universidad. Me encantó participar en ese proyecto que empezaba. En el área de las humanidades se sumaron personas como Mercedes Rovira, Fernando Aguerre y otros más. Al principio éramos muy pocos, pero la universidad fue creciendo. Fui muy afortunada. Tuve la suerte de estudiar en Buenos Aires, Italia, España y Estados Unidos y me tocó desarrollar la oficina internacional de la UM. Fue todo un desafío, pero era factible porque la UM nació internacional y había muchos profesores e instituciones extranjeras que la apoyaban. En 2004, gané una Beca Fulbright para investigar en la Graduate School of Journalism de la Universidad de Columbia y en 2008 obtuve la Beca Hubert H. Humphrey para estudiar en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Maryland. Esas fueron oportunidades para interactuar con profesores y colegas de todo el mundo. Así, se fueron tejiendo redes y en la UM se conformó un equipo internacional excelente, formado por personas jóvenes, alineadas al proyecto. Actualmente la UM tiene convenios con universidades de los cinco continentes y todo eso es gracias al trabajo en equipo de un grupo comprometido con la misión de la universidad.
Fuentes
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