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La justicia estadounidense declara inocente a joven negro ejecutado en 1944

De Wikinoticias, la fuente libre de noticias

19 de diciembre de 2014

19 de diciembre de 2014

El 16 de junio de 1944, George Stinney, de 14 años de edad, se convirtió en la persona más joven en ser ejecutada en los Estados Unidos. El adolescente fue acusado y condenado por golpear hasta la muerte a dos niñas blancas, Betty June Binnicker, de 11 años, y Mary Emma Thames, de 8, en el Condado de Clarendon, Carolina del Sur el 24 de marzo de 1944.

Al día siguiente, Stinney fue detenido bajo cargos de homicidio en primer grado. Tras cinco horas de juicio y 10 minutos de deliberación, fue sentenciado a muerte en la silla eléctrica. Su familia sostenía que su juicio se basó sólo en una confesión que supuestamente fue obtenida por la fuerza.

70 años después de su muerte, la justicia estadounidense determinó que Stinney no tuvo un juicio justo. De acuerdo a la resolución adoptada por la jueza Carmen Tevis Mullen, el juicio de George estuvo empañado por "violaciones fundamentales y constitucionales del debido proceso". "No recuerdo un caso con tal grado de injusticia", indicó.

Los familiares del joven y distintos abogados habían intentado reabrir el caso en varias ocasiones. Señalaban que además no había evidencia y que el argumento más fuerte era que Stinney había hablado con las niñas. El día de su muerte, el verdugo se vio obligado a emplear una guía telefónica, debido a la corta estatura del chico.

"Es como si el cielo se hubiera aclarado", declaró Kathrine Robinson, hermana del joven. "Cuando lo vimos en las noticias, estábamos sentados con amigos. Alcé mis manos y dije: 'Gracias, Jesús'. Alguien nos había escuchado. Es lo que esperamos por muchos años", destacó. Tevis Mullen también afirmó que no encontró referencias a la presentación ante el jurado del arma homicida.

La confesión del joven Geroge fue, de acuerdo a la jueza, obtenida "de manera excesivamente coaccionada". Tras la muerte del adolescente, su familia huyó de la ciudad por temor a represalías. Amie Ruffner, otra de las hermanas de Geroge, aseguró que su hermano no había asesinado a las niñas porque había estado con ella durante el asesinato. Su testimonio fue ignorado. Era "inteligente, tranquilo y a quien le encantaba dibujar", señaló- "Todavía puedo ver su pequeño rostro. Tenía el potencial para ser excelente", evocó.

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