Un año después de su elección, Tokio pasa apuros por los Juegos Olímpicos

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Pasó un año desde que se anunció que Tokio sería la sede de los Juegos Olímpicos de 2020; sin embargo, con el paso del tiempo el optimismo sobre los Juegos de la XXXII Olimpiada decrece.
t-mizo / Flickr

8 de septiembre de 2014

8 de septiembre de 2014

El 7 de septiembre de 2013, en los últimos días de su presidencia, el entonces presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge anunciaba que Tokio se había impuesto 60 votos contra 36 a Estambul, lo que significaba que la capital japonesa se convertía en la sede Juegos Olímpicos de Verano de 2020. Ante el anuncio, los tokiotas derrocharon emoción, alegría y euforia, al mismo tiempo que la delegación japonesa estallaba en gritos.

En su presentación ante el COI el día de la elección, Tokio garantizó que la situación de Fukushima no afectaría los Juegos, apelaron a la vida interna del COI afirmando que un eventual Tokio 2020 conllevaría una mejora a los valores olímpicos y expusieron la solidaridad y la recuperación de Japón tras el catastrófico terremoto y tsunami de 2011. Esto y los informes sobre las ciudades fueron más que suficientes para decidir a los miembros del COI.

No obstante, un año después, la euforia se desvaneció. A medida que avanza el tiempo y se acerca el 24 de julio de 2020, el día en que Tokio se convertirá en dos veces olímpica, el optimismo decrece. Reuters señala que el Estadio Olímpico de Tokio, construido para los Juegos Olímpicos de Tokio 1964 y al que se planea demoler para construir la sede principal de los nuevos Juegos, aún espera que un acuerdo ponga en marcha los planes, mientras espera vacío y con los asientos arrancados.

Tenemos 4500 millones de dólares que es un fondo listo para ser utilizado mañana para las sedes deportivas. Tokio garantiza un transporte seguro que incluye todos los medios. Van a ser unos Juegos muy compactos.
— Shinzō Abe

Ahora, aunque las medidas económicas denominadas "Abenomics", por Shinzō Abe, primer ministro japonés, parecen funcionar, los Juegos se enfrentan ante "una deteriorada visión de una acogedora cita deportiva en la ciudad", problemas con los ecologistas y sobrecostos. Hitoshi Sakai, consejero delegado del Instituto de Ingeniería Social, declara: "Con los rivales que tuvimos y los problemas en Sochi y Rio, había un sentimiento en el COI de que querían unos juegos en un lugar que se hiciera todo de forma conjunta". En contraste, el Estadio ha visto fracasar dos concursos de construcción.

Uno de los puntos más fuertes de la candidatura tokiota fue su promesa de celebrar casi todas las competiciones en un radio de ocho kilómetros de la villa olímpica. Empero, los costos han aumentado debido a la reconstrucción tras el terremoto de 2011, algo no contemplado en el presupuesto olímpico. Inicialmente se consideraban 1500 millones de dólares para construcción, pero la cifra aumentó a poco más del doble tras nuevos cálculos.

Esto podría significar la cancelación del proyecto del nuevo estadio de baloncesto, lo que eventualmente provocaría el traslado de la competición a 25 kilómetros de la capital. Por otro lado, la competición de regata también podría irse de la ciudad (a 27 kilómetros al este). Por otra parte, los ambientalistas se muestran temerosos de que los Juegos dañen las áreas verdes de la ciudad.

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