Tras dos años de fuga, detienen al exjefe de policía de Iguala por el caso Ayotzinapa

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21 de octubre de 2016

21 de octubre de 2016

Felipe Flores Velázquez, exjefe de policía de Iguala de la Independencia, fue detenido en la misma ciudad por elementos de la Policía Federal a las siete de la mañana de este viernes. El exmando, prófugo desde 2014, fue arrestado al salir del domicilio de su esposa, indicó Renato Sales, titular de la Comisión Nacional de Seguridad. La Procuraduría General de la República (PGR) consideraba a Flores Velázquez como una pieza clave para las investigaciones sobre la desaparición, en septiembre de 2014, de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.

Era considerado el terrateniente de José Luis Abarca Velázquez, presidente municipal de Iguala, actualmente detenido. Asimismo, se piensa que era el brazo ejecutor del cártel de Guerreros Unidos en ese municipio. Según la reconstrucción oficial de los hechos, el exjefe dio la orden de detener a los estudiantes y, junto a César Nava González, subdirector policíaco de Cocula, entregó a los jóvenes a sicarios del cártel Guerreros Unidos. Pese a un total de 130 personas detenidas, 422 resoluciones judiciales y 850 declaraciones, se desconoce lo sucedido entre el 26 y 27 de septiembre en Iguala.

Flores Velázquez fue capturado en un operativo conjunto entre la Comisión Nacional de Seguridad, el Ejército, la Marina, los servicios de inteligencia y la fiscalía. Con esto, se cumplió la orden de aprehensión que se emitió hace dos años. Para Arely Gómez González, titular de la PGR, su arresto "permitirá recabar una declaración fundamental para el esclarecimiento de los hechos de Iguala".

La versión oficial, que no ha logrado convencer a la ciudadanía y que ha sido cuestionada por los padres y los miembros del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, señala que los policías municipales de Iguala atacaron a los jóvenes tras el robo de autobuses que serían utilizados para protestar en la Ciudad de México. Posteriormente, los agentes habrían entregado a los estudiantes al cártel de Guerreros Unidos, encargados de asesinarlos e incinerarlos. Sin embargo, los especialistas aseguran que no hay pruebas de que los jóvenes fueron incinerados en el lugar señalado por la fiscalía.

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