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El exdirector de la campaña de Donald Trump es acusado de conspiración contra Estados Unidos

De Wikinoticias, la fuente libre de noticias

30 de octubre de 2017

30 de octubre de 2017

Paul Manafort, exdirector de la campaña presidencial de Donald Trump fue acusado por un gran jurado federal de "conspiración contra Estados Unidos". Manafort y el exrepresentante de la campaña, Rick Gates, fueron imputados con hasta doce cargos, según la acusación firmada por Robert Mueller, fiscal especial, y aprobada por un jurado del Distrito de Columbia.

En la acusación se señala que entre 2006 y 2015 actuaron como "agentes no registrados" del gobierno ucraniano y varios partidos políticos, una actividad que "es ilegal". Los cargos también incluyen acusaciones de lavado de dinero, falsa declaración y "no presentación de informes de bancos extranjeros y cuentas financieras", detalló BBC Mundo.

Por su parte, George Papadopoulos, exasesor de política exterior del presidente Trump, se declaró culpable de mentirle al Buró Federal de Investigaciones (FBI) con respecto al "tiempo, la extensión y la naturaleza de sus relaciones e interacciones con ciertos extranjeros que él sabía tenían conexiones cercanas con altos funcionarios rusos". Papadopoulos se ofreció en marzo de 2016 a organizar una reunión entre autoridades rusas y miembros de la campaña.

En respuesta, el mandatario estadounidense afirmó vía Twitter que los cargos datan de "antes de que Paul Manafort integrara la campaña Trump". Añadió que "¡No hay colusión! [con Rusia]". Los doce cargos también incluyen conspiración contra los Estados Unidos y "proveer información engañosa en documentos sujetos a la Ley de registro de agentes extranjeros", indicó CNN en Español.

Manafort participó como jefe de campaña de Trump entre junio y agosto de 2016. El fiscal Mueller afirma que lavó más 18 millones de dólares empleados para la compra de servicios, propiedades y productos. Gates, su "mano derecha", transfirió tres millones a cuentas en paraísos fiscales. Estas acusaciones inician una nueva etapa en la investigación sobre las acusaciones de interferencia rusa en las elecciones presidenciales. Previamente, el FBI había allanado la casa de Manafort y confiscó documentos.

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